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Expertos que analizan el peligro de la civilización mundial adelantaron las manecillas del llamado "Reloj del Fin del Mundo" al añadir el cambio climático a la lista de amenazas que aniquilarían a la humanidad.
Los especialistas movieron dos minutos el minutero del reloj, creado por la publicación especializada Boletín de los Científicos Atómicos (BAS, por sus siglas en inglés) y que ahora marca cinco minutos antes de las doce de la noche.
El reloj apareció por primera vez hace 60 años, poco después del bombardeo atómico de Estados Unidos sobre Japón.
Por primera vez desde el fin de la Guerra Fría, la publicación -que se dedica a asuntos de seguridad global- siente la necesidad de colocar las manecillas del reloj tan próximas a la medianoche.
Decisiones arriesgadas
La decisión de adelantar el reloj llegó luego de que los directores del BAS y los científicos asociados, sostuvieron discusiones para repensar la idea del fin del mundo y qué representa el mayor peligro para la humanidad.
El grupo concluyó que la "creciente inestabilidad nuclear" ha llevado al planeta al borde de una "segunda era nuclear" y que la amenaza del cambio climático es la más importante luego de la que significan las armas nucleares.
"Cuando pensamos qué tecnología -además de las armas nucleares- podría producir una devastación de magnitud en el planeta, vemos enseguida que son las tecnologías que emiten dióxidos de carbonos", dijo Kennette Benedict, quien está a cargo de la dirección ejecutiva del BAS.
El anuncio del adelanto del reloj se hizo en eventos simultáneos llevados a cabo por la publicación en Londres y en Washington, que incluyeron citas del astrónomo inglés Martin Rees y del físico Stephen Hawking.
"El impacto colectivo de la humanidad en la biosfera, el clima y los océanos no tiene precedentes", expresó Rees.
"Esas amenazas ambientales, 'amenazas sin enemigos', deberían representar una amenaza en perspectiva política tanto como la división Este-Oeste durante los años de la Guerra Fría", explicó.
Además, un grupo de tendencias nucleares alarmantes llevó al BAS a expresar que "el mundo no se había visto ante tantas decisiones arriesgadas" desde las bombas atómicas lanzadas en las ciudades japoneses de Hiroshima y Nagasaki.
Las preocupaciones incluyen la ambición nuclear iraní, los ensayos nucleares de Corea del Norte, la presencia de 26.000 armas listas para ser lanzadas por Estados Unidos y Rusia, así como la imposibilidad de poner fin al tráfico internacional de materiales nucleares tales como uranio enriquecido y plutonio.
La evidencia glaciar
El Boletín de los Científicos Atómicos fundado por el anteriormente denominado Proyecto Manhattan de Físicos, se ha dedicado a hacer campaña en favor del desarme nuclear desde 1947.
Su directiva revisa periódicamente temas de seguridad global y los desafíos a la humanidad, no sólo aquellos que se refieren a la tecnología nuclear aunque la mayoría de éstos posee un componente tecnológico.
Esta es la primera vez que la publicación incluye al cambio climático como una amenaza explícita para el futuro de la civilización.
Una amenaza menos inmediata, pero que fue incluida en la evaluación, es la derivada de nuevas tecnologías científicas relacionadas con la vida tales como la biología sintética y la modificación genética.
El daño provocado al planeta por el uso de tecnologías basadas en la emisión de carbono y los automóviles fue más gradual que una explosión nuclear. Sin embargo, también puede tener efectos catastróficos sobre la vida tal y como la conocemos y de manera "irremediable", aseguró la directiva de la publicación.
Durante los últimos 60 años, el minutero del "Reloj del Fin del Mundo" ha sido movido hacia adelante y hacia atrás un total de 18 veces.
El reloj avanzó a dos minutos antes de la medianoche -su proximidad más cercana al fin del mundo- en 1953 luego que Estados Unidos y la Unión Soviética detonaron bombas de hidrógeno.
La última vez que las manecillas del reloj fueron movidas fue en 2002 después que Estados Unidos se retiró del Tratado sobre Misiles Antibalísticos y en medio de alarma sobre la adquisición de armas nucleares y materiales por parte de terroristas.