lunes, 16 de noviembre de 2009

EL SENDERO DEL MAGO - DEEPAK CHOPRA

EL SENDERO DEL MAGO

DEEPAK CHOPRA

Extractado del libro: "El sendero del mago"

Hay una enseñanza”, dijo Merlín, “denominada el modo del mago. ¿Has oído hablar de ella?”


El joven Arturo levantó la vista del fuego que, sin éxito, trataba de encender. Casi nunca era fácil encender el fuego en las húmedas mañanas de comienzos de primavera en el País de Occidente.

“No, nunca he oído hablar de eso”, contestó Arturo tras pensar un momento. “¿Magos? ¿Quieres decir que ellos tienen un modo diferente de hacer las cosas?”

“No, las hacen exactamente como nosotros”, replicó Merlín, y chasqueando los dedos encendió el montón de leña húmeda que Arturo había recogido, impaciente ante los torpes esfuerzos del muchacho por encender el fuego. Al instante se formó una gran llama. Acto seguido, Merlín abrió las manos y sacó de la nada un par de patatas y un puñado de setas silvestres. “Ensártalas en una broqueta y ponlas a tostar sobre el fuego, por favor”, dijo.

Arturo obedeció sin más. Tenía unos diez años y la única persona a quien conocía era Merlín. Estaban juntos desde que tenía memoria. Seguramente había tenido madre pero no tenía el más mínimo recuerdo de su rostro.

El anciano de luenga barba blanca había reclamado su derecho sobre el infante real a las pocas horas de su nacimiento.

“Soy el último guardián del sendero del mago”, dijo Merlín. “Y quizás tú seas el último en conocerlo”.

Poniendo las broquetas sobre el fuego, Arturo miró sobre el hombro. La curiosidad le había picado. ¿Merlín un mago?

Nunca lo había pensado. Los dos vivían solos en el bosque, en la cueva de cristal. El brillo de la cueva les proporcionaba la luz. Arturo había aprendido a nadar convirtiéndose en pez. Cuando deseaba comida, ésta aparecía, o Merlín le daba un poco. ¿Acaso no era así como todo el mundo vivía?

“Verás, dentro de poco te irás de aquí”, continuó Merlín. “No vayas a dejar caer esa patata entre la ceniza”.

Por supuesto, el muchacho ya la había dejado caer. Como Merlín vivía hacia atrás en el tiempo, sus advertencias siempre llegaban demasiado tarde, después de ocurridos los percances. Arturo limpió la patata y la ensartó de nuevo en la broqueta, hecha de la madera verde de un tilo.

“No importa”, dijo Merlín. “esa puede ser la tuya”. “¿Cómo así que me iré?”, preguntó Arturo. Sólo había ido de vez en cuando al pueblo cercano, cuando Merlín deseaba ir al mercado, y en esas ocasiones el mago siempre tenía cuidado de ocultar la identidad de los dos bajo pesadas capas. Pero el muchacho era gran observador, y lo que había visto en los demás le preocupaba.

Merlín miró de soslayo a su discípulo. “Pienso enviarte al pantano o, como dicen los mortales, al mundo. Te he mantenido lejos del pantano durante todos estos años, enseñándote algo que no debes olvidar”.

Merlín calló para ver el efecto de sus palabras, y luego continuó: “El sendero del mago”.

Tras pronunciar estas palabras, ambos quedaron en silencio, como suele suceder entre quienes llevan mucho tiempo juntos. Anciano y niño casi respiraban al unísono, de tal manera que Merlín debió percibir la
inquietud que daba vueltas en la mente de Arturo, cual pantera enjaulada.

Terminada su comida, el muchacho fue a lavarse en el estanque azul que estaba al pie de la colina. Cuando
regresó, Merlín tomaba el sol sobre su roca favorita (aunque “tomar el sol” es apenas un decir, puesto que la
espesa colcha de nubes se había adelgazado apenas lo suficiente para que un rayo solitario se abriera paso a
través de las copas de los árboles para iluminar los cabellos de plata del mago). Las primeras palabras que
salieron de la boca del muchacho fueron: “¿Qué será de ti?” ,“¿De mí? No te creas tan importante. Podré
arreglármelas perfectamente sin ti, gracias”. En el instante mismo en que terminó de hablar, Merlín supo que
había lastimado los sentimientos del niño. Pero los magos son malos para disculparse. Un hermoso arco hecho
de fresno blanco apareció en el suelo al lado de Arturo, quien lo tomó presuroso y comenzó a tensarlo. En su
lenguaje privado, sabía que era la forma como el anciano se disculpaba.
“No me preocupa lo que pueda pasarme”, continuó Merlín, “sino que se pierda el conocimiento. Como te dije,
quizás seas el último en conocer el sendero del mago”.
“Entonces me cercioraré de que no se pierda”, prometió Arturo.
Merlín asintió con la cabeza. No volvió a tocar el tema del sendero del mago ese día ni durante muchos días
más. Sin embargo, una mañana de junio, al despertarse, Arturo encontró su cama de ramas de pino cubierta
de nieve. Tembló de frío y se sentó, lanzando al aire una nube de copos blancos al sacudir su cobija de piel de
venado. “Creí que hacías esto sólo en diciembre”, dijo, pero Merlín no contestó. Estaba inmóvil en medio del
círculo de nieve que cubría su campamento. Ante él había una extraña aparición: una enorme roca con una
espada que sobresalía de ella. A pesar del frío, la roca no tenía nieve y la hoja de la espada se proyectaba en
el aire deslumbrando con el brillo de su metro y medio de acero damasquino martillado.
“¿Qué es eso?”, preguntó Arturo. La vista de la roca lo conmovió profundamente, aunque no entendió por
qué. “Nada”, replicó Merlín. “Sólo recuérdala”.
Un momento después, la espada en la roca comenzó a desvanecerse, y cuando Arturo regresó de su baño
matinal, el claro del bosque estaba tibio nuevamente, el sol había fundido hasta el último copo de nieve y la
roca se había esfumado como un sueño. El niño sintió ganas de llorar, porque sabía que la aparición era el
gesto de despedida de Merlín, de despedida y de recuerdo.
Lo que le sucedió a Arturo cuando salió al mundo es ahora leyenda. Con el tiempo se encontró en Londres,
en una nevada mañana de Navidad, a las puertas de la catedral donde la espada en la roca había reaparecido
misteriosamente. Para asombro de la gente que salía de la iglesia, retiró la espada y reclamó su derecho a ser
rey Libró largas y crueles batallas para vencer a una horda de rivales que pretendían el trono, y luego
estableció en Camelot la sede de su poder. Todos los días vivió de acuerdo con las enseñanzas del mago.
Finalmente falleció y se convirtió en historia. Quedó como tarea a las generaciones posteriores averiguar lo que
Merlín le había enseñado a su discípulo durante esos años en el bosque, antes de que Arturo se allegara a la
roca y tomara el destino por su empuñadura engastada de joyas.
El mundo de Arturo desapareció poco después de la caída de Camelot. El reino cayó presa nuevamente de
las luchas intestinas y la ignorancia, y Merlin demostró haber sido el último de su clase, tal como lo había
pronosticado. Después de él, no se registra en la historia de Occidente el nombre de ningún otro mago.
Pero Merlín nunca creyó que la sabiduría del mago dependiera de la forma como se desenvolvió la historia.
“Lo que sé está en el aire”, solía decir. “Respíralo y lo hallarás”. Los magos conocían cosas atemporales y, por
lo tanto, la reserva de su conocimiento debe estar por fuera del tiempo. El camino está abierto. Comienza en
todas partes y no lleva a ninguna, pero aun así conduce a un sitio real.
Todo esto se nos presenta a los ojos a
medida que escuchamos a Merlín.


lunes, 2 de noviembre de 2009

VIDEO: LES LUTHIERS: " BROMATO DE ARMONIO"



GENIALES COMO SIEMPRE!!!!



Luthiers - 1998 - Bromato de Armonio:

:

Info:

Se estrenó el 13 de junio de 1996 en el Teatro Astengo de Rosario, provincia de Santa Fe.

La última función fue el 3 de diciembre de 2002 en el Pabellón de Deportes de León, España.

Les Luthiers: Carlos López Puccio, Jorge Maronna,
Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés y Daniel Rabinovich.

Programa:

1 - Para Elisabeth
2 - La princesa caprichosa
3 - La vida es hermosa
4 - La hija de Escipión
5 - La redención del vampiro
6 - Educación sexual moderna
7 - Quién mató a Tom McCoffee
8 - La comisión

Fuera de programa
9 - Perdónala

Ficha Técnica:

Reemplazantes: Gustavo López Manzitti - Horacio Tato Turano
Colaborador Creativo: Roberto Fontanarrosa
Diseño de Iluminación: Ernesto Díz
Agente: Lino Patalano
Producción Ejecutiva: Diego Chazarreta - Javier Navarro
Coordinación Técnica y Montaje de Luces: Francesco Poletti
Sonido: Miguel Zagorodny
Midi y Sistemas Electrónicos: Diego Smolovich
2do. Operador de Sonido: Jerónimo Pujal
Asistente de Sonido: Esteban Fernández
Asistente de Escenario: Osvaldo Coiman
Asistente General: Rodrigo Ramos
Taller de Instrumentos: Hugo Domínguez

Mas info http://es.wikipedia.org/wiki/Les_Luthiers


DICCIONARIO LES LUTHIERS

Ambibalante: Oveja que puede emitir tanto meeeee, como beeeee. Tambien se las denomina ovejas de balido mixto.

Acercados: Acercarse dos personas.

Agropescuaria: Economia de un pais que se basa puramente en la agronomia y la pesca.

Autocantor: Cantor que canta para si mismo.

Biologo: Monologo entre dos personas.

Diptongonantes: Diptongo de consonantes, tambien llamado Consonantongo.

Daba daba: Acto sexual entre dos porsonas del mismo sexo.

Dubi dubi: Acto sexual entre dos personas de sexo opuesto.

Disuacidio: Convencer a un suicida de que no se mate.

Emplutecido: Forma de vivir de los Habitantes de Pluton.

Escaramusa: Musa de los escarabajos.

Eslora: Que no es un loro.

Fantasticum: Fantastico (en Latin)

Gamusa: Musa de la limpieza.

Himnovacion: Hacer innovaciones al himno.

Incapie: Poner pie en territorio de los Incas.

Intactez: Que no a sido tocado/a.

Largor: Medida de longitud, tambien llamada Longanismo.

Maduril: Etapa de madurez.

Maomenos: Musulmanes que solo siguen en parte los preceptos de Mahoma.

Moro chazo: Moro muy negro.

Musarella: Musa del queso.

Muysulman: Musulman muy fanatico.

Odonto - vampi - cirugia: Cirugia dental para vampiros.

Ordeica: Diferencia de orden.

Pinacoteca: Bosque de pinos.

Retamarcha: Retaguardia.

Salmones: Salmos Grandiosos.

Secta: Que viene despues de la quinta.

Talameda: Bosque de talamos.

Urologos: Habitantes del planeta Urano.



Las mejores frases de Les Luthiers:

  • Lo importante no es ganar, sino hacer peder al otro.
  • No soy un completo inútil. Por lo menos sirvo de mal ejemplo.
  • Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía.
  • Es bueno dejar el trago; lo malo es no recordar dónde.
  • Los honestos son inadaptados sociales.
  • No te metas en el mundo de las drogas. Ya somos muchos y hay poca.
  • El amor eterno dura unos 3 meses.
  • La inteligencia me persigue, pero yo soy más rápido.
  • No hay mujer fea; sólo una belleza rara.
  • Tener la conciencia limpia, es síntoma de mala memoria.
les-luthiers