Fragmento de" Poder, Libertad y Gracia: Vivir en la Fuente de la Felicidad
Perdurable." -De Deepak Chopra-
Nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones, nuestra fisiología entera está cambiando a cada momento en función de la hora del día, de los ciclos de la luna, las estaciones e incluso las mareas. Nuestro cuerpo es parte del universo y, en última instancia, todo lo que sucede en el universo afecta a su fisiología. Los ritmos biológicos son una expresión de los ritmos de la Tierra en relación con todo el cosmos, y sólo cuatro de ellos (los ritmos diarios, mareales, mensuales y lunares) son la base de todos los demás ritmos de nuestro cuerpo.
La Tierra gira sobre su eje, por lo que experimentamos un ciclo de 24 horas de día y noche al que llamamos ritmo circadiano. Dicho ritmo se basa en el giro de la Tierra y, al formar parte de ella, también todo nuestro cuerpo gira siguiendo el ritmo de la Tierra. Cuando este ritmo biológico se ve interrumpido, por ejemplo, por algún viaje de larga distancia, sentimos jet-lag. También cuando nos quedamos trabajando toda una noche, aunque descansemos durante el día no nos sentimos del todo bien, ya que nuestros ritmos biológicos están desacompasados con los ritmos cósmicos.
Los datos científicos muestran que si sometemos a un animal a cierta dosis de radiación una vez al día, éste puede experimentar algún efecto beneficioso. Pero si le damos la misma dosis de radiación doce horas más tarde, el animal puede morir. ¿Por qué? Porque su fisiología ha cambiado por completo en ese periodo de doce horas. Incluso nuestra pequeña experiencia subjetiva nos dice que a ciertas horas del día tenemos hambre, mientras que a otras tenemos sueño. Sabemos que tendemos a sentirnos de una cierta manera a las cuatro de la tarde y de otra a las cuatro de la mañana.
Los ritmos de las mareas también afectan a nuestra fisiología. Estos ritmos son el resultado del efecto gravitatorio del sol, la luna y las estrellas de galaxias distantes sobre los océanos del planeta Tierra. En nuestro interior nosotros también tenemos un océano similar a los de nuestro planeta. Más del 60 por ciento de nuestro cuerpo es agua, y más del 60 por ciento de nuestro planeta es agua. Por lo tanto, experimentamos en nuestra propia fisiología las pleamares y las bajamares y los flujos y reflujos de las mareas. Cuando nos sentimos incómodos es porque nuestro cuerpo está fuera de sincronía con el cuerpo del universo. Pasar tiempo cerca del mar o en cualquier sitio natural puede ayudarnos a sincronizar nuestros ritmos con los de la naturaleza.-
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