jueves, 20 de septiembre de 2007

MADRE INTERNAUTA

Les quiero contar mi historia:

No pude soportar que mis amigas se intercambiaran sus direcciones de e-mail, como antaño lo hacían con las recetas de cocina. Así que, finalmente… ¡¡¡me compré la computadora!!!
Cambié el interlock por la internet.
El charlar por el chatear.
La hernia de disco por el disco duro.
El tic nervioso por el doble clic.
La pantymedia por la multimedia.
En lugar de engordar… me maximizo.
Vivo pendiente de los e-mails: que recibo y que re-envío.
Padezco una compu-dependencia compulsiva. Pero, al menos, mejoré la relación con mis nueras y con mis hijos.
Con ellos me comunico a través de los mails, Y ya no corro el riesgo, de despertarlos con mis llamadas inoportunas.
No oigo más respuestas desganadas, apuradas o agrias.
No me entero si, al leer el mail, mi nuera dice: “qué divina es tu mamá, nos mandó un mail, ya se lo estoy contestando!!”. O dice: “otra vez tu vieja navegando en la Web!! Contéstale tu porque es tu madre!!”.
Y si no me responden pronto, no me corto ni las venas ni preocupo como antes. No se me cae la moral … Sólo pienso … que … se les cayó el sistema !!!…



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