El calor y el frío se adelantan dos días en todo el planeta
La niebla envuelve el paisaje en los alrededores del pueblo de Kerns, Suiza. (Foto: EFE)
No sólo los científicos llevan advirtiendo durante décadas que últimamente las primaveras adelantan su llegada. Numerosos aficionados en todo el mundo han ido señalando cada año en sus diarios los acontecimientos del calendario natural: el día en que florece tal planta; el día en que se avista por primera vez tal mariposa o tal pájaro.
Estos preciosos testimonios han ayudado a los científicos que se dedican a la fenología (ciencia que estudia la relación entre los factores climáticos y meteorológicos y los comportamientos de los seres vivos) a combinarlos con sus propias observaciones y deducir que, efectivamente, ahora la primavera llega antes.
Las consecuencias a nivel biólogico también se han documentado en abundancia, como los desajustes entre las migraciones de las aves y la disponibilidad del alimento, cuando las primeras llegan a su destino antes de que hayan eclosionado las larvas, por ejemplo. Ante los cambios, no todas las especies se adaptan igual, ni al mismo ritmo.
Pero ahora los científicos van más allá: ya no se trata de que la primavera sea ahora precoz, sino que los picos de máximo calor y máximo frío se están adelantando una media de dos días (1,7 días) en todo el planeta con respecto a hace 50 años. El mecanismo es más complejo que el previamente detectado, y consiste en desfases en cadena que se producen mes a mes.
En un estudio publicado en Nature, científicos de la Universidad de California, Berkeley, y de la Universidad de Harvard (EEUU) explican este desajuste estacional en todo el globo -la investigación se centró en las regiones no tropicales, por tener las estaciones más marcadas-, que comenzó, según los registros, en el mismo momento en que se intensificó el calentamiento global, hace cinco décadas.
"Vemos que a lo largo de 100 años [de 1850 a 1950] hay un patrón natural de variabilidad, y de repente vemos un desvío de ese patrón al mismo tiempo que las temperaturas medias globales empiezan a aumentar, lo que nos hace sospechar que tiene algo que ver con la actividad humana", explica Alexander Stine, estudiante de Berkeley y principal autor del estudio.
Efecto dominó
Las causas inmediatas no están claras, comenta Stine, pero se trata de un efecto dominó desencadenado, posiblemente, por la misma actividad humana responsable del calentamiento global. Así, el desajuste estacional -que ha ocurrido en tierra, pero no en el mar- puede en parte ser provocado por una alteración en el patrón de vientos que se ha detectado también en los últimos 50 años.
Según Stine, las temperaturas son muy distintas en el mar y en la tierra, y un simple cambio en la potencia y la dirección de los vientos puede desplazar enormes cantidades de calor del mar a la tierra, lo cual puede afectar a los ciclos estacionales. Como casi todo en la vida, pequeños cambios pueden producir enormes efectos.
Tomando datos de los últimos 150 años, los investigadores concluyeron que, dentro de la tendencia al calentamiento significativo registrada desde 1950, no todos los meses se han calentado por igual. Normalmente, la temperatura "reacciona" ante la radiación solar con un retraso de unos 30 días en la tierra(60 días en el mar). Es decir, el sol tarda aproximadamente un mes en calentar la tierra. Pero los pequeños desfases en cada uno de los meses del año hacen que, al final, tanto las temperaturas máximas como las mínimas acaben llegando antes.
¿Por qué el sol tarda ahora menos en calentar la tierra? Los autores del estudio barajan, entre otras posibles causas, la aridificación del suelo en el mundo, que acelera la respuesta a la radiación solar, y la contaminación del aire, que modifica la cantidad de energía solar que absorbe la atmósfera.
Fuente:www.elmundo.es
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